LAS OLLAS NO SE TOCAN
🐜 La Subversiva recibe y comparte:
En nuestros barrios, gran parte de la población no ve sus necesidades básicas satisfechas desde mucho antes de la emergencia sanitaria.
Desde que comenzamos con la olla popular en el Pinar nos encontramos con personas que hace tiempo no tienen trabajo, o lo tienen sumamente flexible o irregular, vecinos y vecinas que no tienen para cocinar, que no tienen agua potable en sus casas, o que siquiera tienen casa.
La pandemia y las políticas neoliberales multiplican cada día las dificultades para acceder a un plato de comida, pero también se multiplican las ollas solidarias. Todas las personas que estamos involucradas procuramos cuidarnos, porque las iniciativas populares surgen de nuestras propias necesidades y sabemos cuáles son, las palpamos día a día.
A todo esto, nos llegan noticias de ciertos consejales, más precisamente del Municipio de Salinas, que sacan iniciativas para exhortar a la población a "desistir" de las ollas populares, y para ello quieren pedir ayuda al ejército. Hablan de cambiar las ollas por canastas.
¿Dónde van a cocinarse quienes no tienen cocina, gas o agua potable? ¿De dónde saldrán esas canastas? ¿Quién las pagará? ¿Se repartirán donde verdaderamente se necesita? ¿Abarcarán toda la población que comprenden las ollas? ¿Cuándo llegarán estas canastas?
¿No será que le temen a que nos juntemos y cuestionemos la realidad?
¿No será que temen que en el encuentro de la olla aprendamos de autonomía, autogestión y solidaridad? ¿que en colectivo critiquemos las políticas desarrolladas?
¿No será que temen que en el encuentro de la olla aprendamos de autonomía, autogestión y solidaridad? ¿que en colectivo critiquemos las políticas desarrolladas?
Nos indigna que de arriba vengan a decirnos cómo cuidarnos, cuando no se plantean aumentar el presupuesto en salud, extender las redes de agua potable a los barrios que lo necesitan, garantizar que accedan productos de higiene y alimentos dignos. Nos duele decirlo, pero a veces el único contacto con un plato de comida y productos de higiene se tiene en las ollas.
Comenzamos esta iniciativa con la convicción de que sólo el pueblo salva al pueblo, que sólo la solidaridad y la organiación puede sacarnos adelante. Está claro que las medidas del gobierno no son ni suficientes, ni eficientes con respecto a la situación económica y sanitaria de la población.
¿A quién le alcanan $1.200 mensuales? Hace casi un mes vienen prometiendo canastas que no aparecen, mientras muchos/as trabajadores/as han visto desaparecer sus ingresos. Tal vez el presidente y sus ministros no lo sepan, pero la gente no puede pasar un mes sin comer. ¿Abrir las escuelas rurales es más seguro que una olla? ¿El trabajo en la construcción es más seguro que una olla? ¿En UPM son inmunes al Covid-19?
Está claro que no interesa la situación de emergencia que vive el pueblo, pero sí sostener las ganancias de los ricos. La gente tiene hambre, queda claro en la cantidad de iniciativas de este estilo que hay a lo largo y ancho no solo de la Costa de Oro, sino de todo el país. Estamos convencidos y convencidas de que las ollas son necesarias. No vamos a desisitir de ellas porque tenemos derecho a la vida, derecho a alimentarnos y sobre todo la convicción de que la solidaridad y la autogestión son el camino.
No estamos dispuestos y dispuestas a dejar al azar de sus comodidades o de sus miedos nuestra existencia, ni a tener que discutirla con el ejército de por medio.
NI PANDEMIA DEL VIRUS, NI PANDEMIA DEL HAMBRE.
¡VIVAN LAS OLLAS POPULARES!
¡VIVA LA SOLIDARIDAD!
¡VIVAN LAS OLLAS POPULARES!
¡VIVA LA SOLIDARIDAD!
Resistencias de la Costa
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